La falta de juego simbólico es un comportamiento particularmente significativo dentro de la sintomatología del autismo. Los autores de este trabajo investigaron empíricamente las relaciones principales entre el juego simbólico, la habilidad de mentalizar y la coherencia central.

Hay una necesidad clara de entender la falta de juego simbólico porque éste tiene un papel importante en el desarrollo del lenguaje y las habilidades sociales. El juego simbólico requiere que el niño tenga la capacidad de mantener dos representaciones simultáneamente en su mente, la representación primaria que refleja el mundo real y la nueva identidad pretendida. Esta habilidad de representar representaciones surge durante el segundo año de vida y es la que precede a la habilidad más avanzada de entender la mente de otra personas, que surge al rededor de los cuatro años.

La teoría de la mente es la capacidad de atribuir estados mentales y predecir el comportamiento en base a los mismos. Se ha demostrado que los niños con autismo tienen un déficit en la teoría de la mente, que se refleja en la dificultad de mentalizar. De acuerdo a la teoría original, los niños con autismo tienen dificultades en el juego simbólico y el la ToM porque carecen de la capacidad de entender y producir pretensión. En contraste al juego simbólico, el juego funcional no es un problema porque no está sujeto a la necesidad de formar representaciones secundarias. Las representaciones primarias son suficientes para el juego funcional porque el mundo está representado como es.

Hay evidencia que sugiere la existencia de un lazo entre el juego simbólico y la ToM en niños con un desarrollo típico. Sin embargo, no hay nada que conecte la habilidad de entender -en oposición a producir- la habilidad de pretensión y mentalización en niños con autismo.

Los niños con autismo mejoran la capacidad de pretensión si son guiados o estimulados. Además, se ha demostrado que no tienen dificultades en comprender el juego simbólico de otros. Se ha sugerido, entonces, que el impedimento selectivo de la producción espontánea de juego simbólico podría resultar de un déficit en la performance y en particular por una inhibición de respuesta, que interferiría en el poder actuar “como si”. La evidencia más reciente sugiere que hay una falta de competencia en el juego simbólico.

La teoría de la coherencia centra débil propone que los individuos con autismo tienen una habilidad anómala para percibir partes o concentrarse en el detalle (procesamiento local) pero una habilidad empobrecida para percibir un todo (procesamiento global) con respecto a los individuos neurotípicos. Esta teoría puede explicar la pobre performance de los niños con autismo en tareas que involucran ToM. También podría explicar el impedimento de pretensión. Si los niños tienen dificultad en integrar varias piezas de información, es probable que fracasen en codificar y relacionar todas las claves cuando observan la pretensión de alguien más. Es decir, pueden no entender el contexto en que actos no-literales son llevados a cabo. El juego funcional no representa un problema porque la comprensión correcta puede ser alcanzada simplemente por el conocimiento de los comportamientos convencionales asociados a objetos y situaciones.

Los autores de este trabajo encontraron evidencia que sugiere que los niños con autismo carecen de competencia para algunos tipos de pretensiones. Esto es consistente con otros hallazgos pero no con los primeros reportes de comprensión intacta. Sin embargo, es posible que el uso de propuestas apropiadas facilitara la comprensión, y si estas propuestas están ausentes, los niños muestran una comprensión afectada.

Estos autores también confirman la existencia de una relación entre el juego simbólico y el desarrollo del lenguaje, y más específicamente, que el lenguaje receptivo está relacionado al juego simbólico. Suponiendo que tanto el lenguaje como la pretensión requieren representación secundaria, estos resultados respaldarían la hipótesis de la deficiencia simbólica. Esto es, la simbolización afectada/impedida contribuye a déficits en el lenguaje, la pretensión y la mentalización.

En conclusión, los resultados de esta investigación respaldan la hipótesis del déficit en la competencia. Esto es, los niños con autismo carecen de la competencia para realizar ciertas formas de pretensión. Lo que hace este estudio único es la investigación empírica de las relaciones entra la comprensión de la pretensión y mentalización, respuesta de inhibición y procesamiento local. Solamente la medida de mentalización predijo significativamente e independientemente la performance en el juego simbólico.

Modificado de: Bigham,S. (2010) Impaired Competence for Pretense in Children with Autism: Exploring Potential Cognitive predictors. J Autism Dev Disord 40:30–38
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