El impacto positivo en las habilidades adaptativas y la comunicación social de la intervención con perros entre niños pequeños con trastorno del espectro autista sugieren que los perros pueden servir como un modelo eficaz para establecer la interacción social.
Este estudio examinó la eficacia de intervención con perros en niños pequeños con TEA sobre habilidades de adaptación y ansiedad utilizando un diseño cruzado controlado. Setenta y tres participantes diagnosticados con trastorno del espectro autista se dividieron en dos grupos que recibieron la intervención durante la mitad del año escolar, además de las intervenciones de atención estándar. La intervención con perros, en la que se les enseñó a los niños a interactuar y adiestrar perros, se realizó dos veces por semana durante 4 meses dentro de una escuela de educación especial específica para trastornos del espectro autista.
Después de completar 4 meses de la intervención, los niños mostraron un aumento en la comunicación social y las habilidades adaptativas en comparación con el grupo de control. Lo mismo se convirtió cierto para el grupo de control, que mostró una mejora en habilidades adaptativas, solo durante la fase en la que recibieron la intervención con perros. Es importante destacar que se observó que los niños que recibieron dicha intervención en la primera fase del estudio mantuvieron la mejora adquirida en la socialización y habilidades de comunicación adaptativa durante la segunda fase del estudio. Estos hallazgos respaldan la justificación para elegir una intervención basada en perros, que parece ser un modelo eficaz para enseñar habilidades de comunicación social.
En cuanto a las habilidades motoras, el grupo que recibió la intervención en la primera fase mostró un aumento en las habilidades motoras, pero este efecto se extinguió al final de la segunda fase sin la intervención. El grupo control, por el contrario, que recibió la intervención en la segunda fase de estudio, mostró una mejora gradual en las habilidades motoras durante ambas fases de estudio (todo el año escolar) sin correlación con la intervención. Como la intervención incluye ejercicio físico (agilidad) con el perro principalmente durante las últimas etapas del programa, puede ser que la intervención haya tenido un impacto en las habilidades motoras, pero sin tiempo suficiente para practicar dichas habilidades, lo que resulta en la extinción de la mejora en las habilidades motoras poco después de cesar la intervención.
Otros estudios también informaron una mejora en la interacción social mediante intervenciones con perros para niños con TEA y este estudio aporta evidencia sólida y confiable que los respalda.
En cuanto al impacto sobre la ansiedad, se vio que la intervención recibida en la primera fase aumentó los síntomas, mientras quien el grupo que la recibió en la segunda mostró una disminución. Este hallazgo puede indicar que es menos estresante para los niños con TEA para iniciar una intervención luego del periodo de ajuste a la nueva rutina del año escolar. Investigaciones anteriores habían sugerido que la terapia con perros tiene un efecto calmante en los niños con TEA.
El estudio tiene varias implicaciones clínicas potenciales importantes. Primero, los hallazgos del estudio apuntan a un impacto positivo de la intervención con perros en las habilidades de comunicación social adaptativa para niños pequeños con TEA. Por lo tanto, la implementación de intervenciones de este tipo en los protocolos de tratamiento para estos niños es digno de consideración, particularmente si los hallazgos del estudio se replican en investigaciones futuras. Sin embargo, debe enfatizarse, que, de forma similar, también se puede proponer sea una terapia complementaria a los programas de intervención integral que se utilizan comúnmente en las escuelas para niños con TEA.
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Modificado de: Ben-Itzchak E, Zachor D (2021) Dog training intervention improves adaptive social communication skills in young children with autism spectrum disorder: A controlled crossover study. Autism DOI: 10.1177/13623613211000501