Es importante tratar de establecer por qué el comportamiento está ocurriendo. Así, podremos tratar el comportamiento según la causa.
- Ante un berrinche, evitar dar mensajes verbales o visuales hasta que se haya detenido y luego prestar toda la atención al niño. Elogiar el buen comportamiento.
- Es importante tener en cuenta las actividades que el niño encuentra difíciles y, si es necesario, simplificarlas o modificarlas. Por el contrario, complejizarlas o cambiarlas si le resultan demasiado fácil. Darle al niño mucho estímulo y tranquilidad. Si surge un comportamiento agresivo tratando de evitar hacer la tarea, ayuda usar un lenguaje claro y sencillo para decirle al niño con firmeza lo que se espera. Si el niño sigue actuando de manera agresiva, retirarlo con calma de la situación durante unos minutos. Después ayudalo a terminar lo que estaba haciendo y elógialo.
- Consultar a un terapeuta ocupacional si el niño parece tener problemas sensoriales. Los tapones para los oídos pueden ayudar a filtrar el ruido excesivo si esto es un problema
- Dar al niño rutinas claras y predecibles.
- Se puede hacer un cartel que indique claramente qué es un comportamiento aceptable en el aula y colgarlo donde todos los niños puedan verlo.
- Establecer conductas apropiadas y enseñarlas al niño. Por ejemplo, enseñar comportamientos sociales apropiados tales como tomarse de las manos, o tocar a alguien en el hombro en lugar de golpear; comportamientos de interacción apropiados tales como compartir, esperar, etc. Puede enseñarle algún gesto o frase para que utilice para comunicar algo que le molesta.
- Usar historias sociales para que entienda cómo se espera que se comporte.
- Enseñarle a reconocer e interpretar sentimientos de malestar para que, de a poco, pueda pedir ayuda antes de que “explote”. Las cartas visuales pueden ser útiles para esto.
- El comportamiento disruptivo es probable que disminuya a medida que las habilidades sociales y de comunicación mejoren.
- Siempre tenemos que reforzar con elogios el buen comportamiento
- Los niños con autismo pueden tener dificultades para regular sus emociones y por ende, tener conductas de un niño más pequeño. Explicar esto a sus maestros puede ser necesario.
- Primero tenemos que pensar si el niño está actuando así por ansiedad, miedo al fracaso, falta de comprensión, falta de interés o búsqueda de atención.
- Mantené la calma y llevalo a un espacio tranquilo. Si se trata de un incidente menor, y si no representa ningún riesgo, ignorar totalmente al niño, y, prestar atención al otro niño que está herido.
- Esperá a que estén los dos tranquilos para hablar sobre el comportamiento ya que hay más posibilidades de que el niño procese la información. Cuando está estresado o enojado, la habilidad del niño para entender el lenguaje disminuye y no ayuda que nosotros también estemos nerviosos.
- A menudo, los niños en el espectro encuentran difícil hablar de situaciones cuando son “personalizadas” y encuentran más fácil cuando la discusión es “despersonalizada”. Esto puede hacerse mediante el uso de juguetes, dibujos o juegos de rol.
No todos los niños con autismo tienen problemas de comportamiento. Los que lo hacen reaccionan a menudo a un mundo que encuentran confuso e impredecible. Tenemos que mantener la calma y mirar la conducta como un acto de comunicación.
Comportamiento oposicionista
Primero tenemos que pensar si el niño está actuando así por ansiedad, miedo al fracaso, falta de comprensión, falta de interés o búsqueda de atención.
El niño puede discutir para evitar hacer lo que se le pidió. Tratar de no involucrarse en el argumento. Repasar lo que le hemos pedido: ¿Estamos dando órdenes en vez de preguntando? ¿Le estamos pidiendo muchas cosas a la vez? ¿Está muy ocupado? ¿Logramos que nos preste atención?
Negarse a hacer algo: Si el niño se niega constantemente a realizar una petición en particular, podemos darle la oportunidad de hacer lo que le pedimos solo durante un periodo muy corto de tempo, luego lo elogiamos. Con el tiempo, aumentamos gradualmente el período en el que se involucra en el comportamiento y disminuimos la cantidad de refuerzo.
Ser consistente
La respuesta particular que tengamos ante un comportamiento debe ser igual, y cada vez que se presente el mismo comportamiento, tenemos que aplicar la misma consecuencia. Quienes estén a cargo, como maestros o terapeutas, también deben hacerlo. Esto puede ser agotador y consume mucho tiempo, así que tenemos que estar preparados. Si le pedimos que haga algo, tenemos que asegurarnos que lo haga, incluso si tenemos que ayudarlo físicamente.
Mantener el sentido del humor
Esto puede ser muy difícil, pero es importante mantener el sentido de humor y utilizarlo en situaciones apropiadas. Esto no sólo nos ayuda a ver el lado divertido de las situaciones, sino que evitará que estemos muy estresados. Actuar gracioso a menudo puede ser realmente eficaz porque estamos haciendo exactamente lo contrario de lo que el niño espera.
Modificado de: Aggression, Frustration and Temper Tantrums
Foto: evilpeacock Flickr via Compfight cc