Los comportamientos estereotipados son muy heterogéneos. Pueden ser verbales o no verbales, motrizmente finos o gruesos, o involucrar rutinas y rituales complejos. Los ejemplos más comunes de conductas estereotipadas incluyen el chasqueo de los dedos, mecer el cuerpo, aleteo de manos, oler y arañar objetos, girar objetos, pasar dedos u objetos a través de su campo de visión, y la ecolalia inmediata y retardada. La mayoría de los teorías ampliamente aceptadas sobre los comportamientos estereotipados dicen que cumplen funciones homeostáticas y operantes.
La teoría homeostática supone que los comportamientos estereotipados aumentan o disminuyen los niveles de excitación de un niño dependiendo de si el niño es hipo- o hiper- responsivo a los estímulos sensoriales. Es común que las personas con autismo tengan una disfunción sensorial; las respuestas anormales a la entrada sensorial pueden reflejar una pobre modulación de las funciones de inhibición y excitación del sistema nervioso. Los movimientos estereotipados rítmicos reducen la activación fisiológica, medida por la disminución de la frecuencia cardíaca. Los comportamientos asociados con la angustia y la serenidad tienden a ser repetitivos y de baja intensidad. La frecuencia cardíaca disminuye durante y después de los comportamientos asociados a la angustia pero se mantiene igual en los asociados con serenidad, que se supone contrarrestan la baja estimulación, aunque a veces se usan para llamar la atención de los demás. Los comportamientos estereotipados asociados con la euforia son de corta duración e involucra el movimiento de las extremidades (aleteo), no afectan el ritmo cardíaco, y actúan como un toma corriente.
La otra teoría dice que los comportamientos estereotipados son conductas operantes, gestionados por el refuerzo directo que proporcionan. Este refuerzo consiste en la entrada sensorial directa, pero también puede incluir el reforzamiento social, tales como atención de los demás o de escapar y evitar la aversión estímulos. Son comportamientos de autoestimulación.
La represión de las conductas estereotipadas se asocia con un aumento de la respuesta y la participación en actividades. Una estrategia de intervención común en el aula es la aplicación pasiva estimulación somatosensorial a través de chalecos con peso. El uso de estos chalecos se basa en la teoría de la integración sensorial, que supone que las entradas sensoriales, especialmente táctiles y propioceptiva, mejoran la función neurológica y problemas de descenso causado por la disfunción sensorial. Los chalecos han sido pensador para dar un input sensorial que ayude a regular la excitación. Por lo general, se aplican para reducir los comportamientos estereotipados que son vistos como un intento del niño para calmarse, y regular la excitación en actividades o en ambientes estresantes. Teóricamente los chalecos podrían sustituir esta función. Sin embargo, no se ha observado una disminución de las estereotipias motoras, aunque sí en las verbales.
Hay por lo menos dos explicaciones para la falta de efecto de los chalecos. En primer lugar, la estereotipia motora podría no estar siendo utilizada para regular la excitación. Muchos usuarios de los chalecos con peso identifican una función calmante y reguladora, pero si esto no es el propósito de las estereotipias motoras de los participantes del estudio, no deberían esperarse cambios en el comportamiento. La función de retroalimentación sensorial de los comportamientos estereotipados parece plausible para los participantes del estudio, teniendo en cuenta que su comportamiento se produjo en todas las actividades y entornos. La mayoría de sus conductas estereotipadas proporcionaban más que tan solo información propioceptiva y táctil. Los chalecos con peso no podían ofrecer esta variedad de entradas sensoriales.
Una segunda explicación posible es que si los comportamientos eran moduladores, los aportes a través del chaleco con peso no eran suficientes para reemplazar a lo proporcionado por los comportamientos. El uso de estos chalecos se basa en la teoría y no hay apoyo empírico.
Suponiendo que sí son efectivos para algunos niños, la cantidad óptima de peso, el tiempo de uso, y tiempo de respuesta no son conocidos, y, por tanto, na ha sido representado en el protocolo.La disminución de comportamientos estereotipados verbales podrían apoyan la hipótesis de regulación de la excitación. Hay investigación sobre la estimulación somatosensorial y de los efectos calmantes de inputs de alta presión sugieren (información profunda?) y concluyen que este tipo de entrada puede ser más eficaz para las personas con ansiedad o agitación. Aunque lo común es que haya una hipo-responsividad a la entrada sensorial, algunas personas tienen una hiper-responsividad, y no hay evidencia de un asociación entre el exceso de receptividad sensorial y la ansiedad de personas con autismo. La ansiedad y la agitación están representados por aumento del ritmo cardíaco. Por lo tanto, la teoría de la regulación de la excitación de estos chalecos podría ser apoyada si el uso del chaleco con peso disminuyera el ritmo cardíaco, pero no se tienen datos.
La base teórica de los chalecos con peso supone que la entrada táctil por la presión proporcionada tiene una influencia reguladora sobre otros estímulos, independientemente del tipo de información sensorial. Por lo tanto, se recomiendan para proporcionar calma y una influencia reguladora para disminuir las conductas estereotipadas. No se ha encontrado que chalecos con peso tuvieran un impacto en los comportamientos estereotipados motrices pero, estos comportamientos se han eliminado con éxito con la intervención de comportamiento (extinción) cuando se sustituye por medios socialmente más adecuados para lograr el mismo tipo de estimulación sensorial. Esto sugiere que es más probable que la intervención orientada a los comportamientos estereotipados sea eficaz si estas conductas se reemplazan por otras más funcionales del mismo tipo (sensoriales específicas) en lugar de la uso de un chalecos con peso.