Los trastorno del espectro autista (TEA) incluyen un grupo de condiciones que se caracterizan por déficits en las habilidades de comunicación social y presencia de intereses repetitivos o restringidos. Además, los individuos con TEA suelen presentar dificultades en la motricidad. Los déficit motores suelen ser uno de los síntomas más tempranos de TEA y se hacen más evidentes a partir de los 12-24 meses. Las capacidades motoras tienen relación con la sintomatología de los TEA. Es importante definir si en las estrategias de intervención temprana deberían incluir también a los síntomas motores en su programación.
Resumen:
Objetivo: Determinar la relación entre desarrollo motor medido por la escala de desarrollo motor MSEL y escalas de severidad de TEA medida por scores calibrados de severidad. Participantes: 159 niños con TEA (n=110), TGD-NE (n=26) y no TEA (retraso del desarrollo, n=23) entre 12 y 33 meses. Resultados: Hubo una correlación significativa entre menor desarrollo motor fino y grueso y mayor severidad de TEA (p < 0.01). Conclusiones: Las capacidades motoras tienen relación con la sintomatología de los TEA. Es importante definir si en las estrategias de intervención temprana deberían incluir también a los síntomas motores en su programación.
Los trastorno del espectro autista (TEA) incluyen un grupo de condiciones que se caracterizan por déficits en las habilidades de comunicación social y presencia de intereses repetitivos o restringidos. Los TEA afectan a 1 de cada 88 personas y una encuesta reciente indicó que 1 de cada 50 niños en edad escolar está en el espectro.
Además de las características centrales mencionadas, los individuos con TEA suelen presentar dificultades en la motricidad. De hecho, en algunos de las descripciones clínicas originales de lo que ahora se llama TEA, Asperger menciona la torpeza motora como una característica importante del cuadro clínico. Los déficit motores suelen ser uno de los síntomas más tempranos de TEA y se hacen más evidentes a partir de los 12-24 meses. El retraso en hitos del desarrollo motor (especialmente caminar) han actuado como preocupaciones iniciales de los padres, que más tarde recibieron un diagnóstico de TEA.
En el diagnóstico de TEA los aspectos motores que se consideran incluyen el uso de gestos, imitación y presencia de estereotipias. Sin embargo, se ha sugerido que uno de los primeros signos detectables puede residir en la capacidad de destreza motriz.
Cuando un grupo de niños en alto riesgo de TEA (niños que tenían un hermano diagnosticado con TEA), se estudiaron prospectivamente surgieron tres grupos para comparación, niños con retraso del lenguaje, TEA y desarrollo típico. En el grupo TEA, los déficits en las habilidades motoras finas fueron evidentes a los 6 meses de edad y empeoraron significativamente a los 14 y 24 meses de edad. Este estudio prospectivo sugirió que los déficits en las habilidades motoras tempranas podrían usarse como una posible distinción diagnóstica entre niños con TEA y niños con otras alteraciones en el desarrollo.
En un estudio en niños pequeños con TEA (N = 172, edades entre 14 y 36 meses) se observó que los déficits motores empeoraron significativamente dentro de un corto periodo de tiempo (6-18 meses) a medida que crecían en edad. Se hallaron diferentes áreas alteradas en la marcha y el control postural: niños con TEA (de 4 a 6 años) mostraron una longitud de paso corta y oscilaciones corporales irregulares durante la marcha en comparación con un grupo control sin discapacidad. En niños pequeños con TEA (menos de 2 años) mostraron déficits de control de la marcha y de la postura similares. A los 20 meses de edad, los niños con ASD mostraron déficits en los parámetros de la marcha que incluían patrones anormales de punta- talón, posturas de brazos y mayor frecuencia de anomalías en el movimiento, incluida la marcha tipo pato. Se encontró además, una mayor alteración en el dominio postural en niños en edad escolar con TEA que en controles neurotipicos.
También se encontraron alteraciones en la capacidad de planificación motora a los 6-7 anos (no poder traducir la intención en un acto motor global) y se vio que los niños en realidad trataban cada tarea involucrada en una acción global como una tarea independiente. Niños con TEA (4-6 años) tenían dificultades para definir el objetivo de la acción motora, incluso cuando la tarea fue adaptada de una manera altamente motivadora: los niños parecían entender las instrucciones, moverse hacia el objeto, pero no podían completar el objetivo final del acto motor, lo que indica insuficiencias en la planificación motriz . Estos niños fueron capaces de realizar tareas motoras simples pero incapaces de encadenar múltiples tareas motoras juntas en una acción más complejo.
Los estudios descriptivos han demostrado claramente que los déficits en las habilidades motoras existen en niños con TEA desde una edad temprana e incluso se ha llegado a sugerir podrían ser un marcador de diagnóstico precoz y una característica cardinal del trastorno. Estos déficits en niños pequeños con autismo varían en su naturaleza y a través de tareas. Hay muy poca evidencia disponible que discuta cómo estos factores se relacionan con los síntomas centrales de los TEA : déficits en las habilidades de comunicación social e intereses restringidos.
El propósito de este estudio es investigar si existe una relación de las habilidades motoras finas y gruesas en el comportamiento, la vida diaria, habilidades sociales y comunicativas adaptativas de niños con autismo. Se hipotetiza que los niños con mejores habilidades motoras tendrán mejores habilidades de comportamiento adaptativo.
Métodos
Los participantes (N=233) tenían entre 14 y 49 meses (media edad= 30.36 m) con diagnóstico confirmado (según DSM-IV) de TEA (n=172) , TGD-NE (n=22) o no-TEA (n=39) (retraso del desarrollo no TEA). En todos se realizaron evaluaciones
Diagnóstico: ADOS o Módulo ADOS para niños pequeños, ADOS calibrado (ADOS SCC) y ADI-R
Nivel de desarrollo: Se usaron las escalas Mullen de aprendizaje temprano (MSEL) para evaluar el desarrollo cognitivo. Esta prueba de desarrollo proporciona información confiable y válida para niños desde el nacimiento hasta los 68 meses de edad. Las subescalas del MSEL están organizados en 5 dominios: motor grueso, motor fino, recepción visual (resolución de problemas no verbales), lenguaje receptivo y lenguaje expresivo.
Conductas Adaptativas: Escala Vineland
Habilidades motoras: a traves de las subescalas motoras del MSEL
[/fusion_text][separator style_type=”none” top_margin=”30″ bottom_margin=”30″ sep_color=”” icon=”” width=”” class=”” id=””][title size=”3″ content_align=”left” style_type=”double solid” sep_color=”” class=”” id=””]Resultados[/title][fusion_text]
Las Habilidades motoras finas y los valores de severidad calibrados fueron predictores de las conductas adaptativas (p <.001), habilidades de vida diaria (p <.001), habilidades sociales adaptativas (p <.05) y habilidades de comunicación adaptativa (p <.001).
Las habilidades motoras gruesas y la severidad calibrada del autismo fueron predictores de las habilidades de la vida diaria (p <.001). El ADOS SSC y la capacidad de resolución de problemas no verbales fueron predictores del comportamiento adaptativo compuesto y de las habilidades comunicativas sociales adaptativas (p <.001).
Discusión
Las habilidades motoras de los niños pequeños con TEA están relacionadas con su comportamiento adaptativo, sus habilidades de vida vida y habilidades sociales y comunicativas adaptativas. En este estudio las habilidades motoras finas fueron predictivos de todas las escalas adaptativas utilizadas en estos análisis mientras que las habilidades motoras gruesas fueron predictivas de las habilidades de la vida diaria basadas en Vineland Adaptive Behavior Scales (2da edición).
La relación de las habilidades motoras en TEA con otras características no se ha estudiado extensamente. Es posible que las dificultades motoras puedan estar obstaculizando las mejoras en las habilidades de comunicación social en los niños con TEA.
Esta demostrado que la intervención temprana intensiva mejora significativamente el la comunicación social, así como otros aspectos de los TEA incluido el CI, lenguaje, habilidades de juego, comportamiento adaptativo y diagnóstico (es decir, pasar de TEA a TGD-NE). Las intervenciones tempranas incluyen contenido enfocado en habilidades tales como la imitación, atención y juego conjunto (habilidades de juego funcional y simbólico). Sin embargo, el contenido de habilidades motoras no parecen ser una prioridad en los modelos de intervención temprana actuales.
En el presente estudio se encontró una relación directa entre las habilidades motoras finas y la adaptación social y habilidades de comunicación adaptativa de niños pequeños con TEA. Las habilidades motoras pueden ser un componente faltante de los programas actuales de intervención temprana y una pieza aditiva para mejorar aún más las habilidades motoras y posiblemente la comunicación social en niños pequeños con TEA. Si bien en este Estudio las habilidades motoras gruesas tuvieron menos relacion con las habilidades de adaptación social y conductas adaptativas, si se relacionaron con actividades de vida diaria.
El modelo de Denver, una intervención temprana para niños pequeños con TEA, podría ser el que más relacione las habilidades motrices, las habilidades de comunicación social y el éxito social. De hecho, muchos modelos de intervención temprana implican el uso de juegos o actividades que requieren habilidades motoras. Por ejemplo, juegos como “perseguir”, canciones que requieren acciones, actividades de trepar (como deslizarse o jugar en el equipo), así como actividades que incluyen colorear o dibujar a menudo son componentes importantes de los programas actuales de intervención temprana. Podría decirse que estas actividades pueden ser más exitosas si los participantes tienen más habilidades motoras. Sin lugar a dudas, el énfasis de los programas de intervención temprana actuales es social y comunicativo, pero es posible que estos dos dominios, motor y comunicativo social, ya están trabajando juntos. En resumen, enseñar habilidades motoras apropiadas para la edad puede sumarse al repertorio de estrategias de intervención destinadas a mejorar el éxito social.
Programas como los implementados en entornos de educación física adaptados a la educación preescolar y que incluyen el uso de equipos adaptados e instrucción adaptada con un enfoque en la mejora de habilidades motoras sería un buen punto de partida. Los niños con TEA tienen características únicas, que es importante considerar para hacer las programaciones. Más adelante sería importante evaluar el impacto que tiene la mejoría en capacidades motoras en los otros parámetros de TEA.
Modificado de: “The relationship of motor skills and adaptive behavior skills in young children with autism spectrum disorders” Megan MacDonald, PhD, Catherine Lord, PhD, and Dale Ulrich, PhD. Res Autism Spectr Disord. 2013 Nov 1; 7(11): 1383–1390.
doi: 10.1016/j.rasd.2013.07.020
Foto:Paul Istoan Flickr via Compfight cc